martes, 15 de julio de 2008

El milagro de la curación en Argentina

Chimpay, Río Negro - Valeria Herrera, la joven de 31 años en cuyo cuerpo se produjo la curación de un cáncer de útero que permitió que Ceferino Namuncurá sea consagrado como el primer beato indígena argentino de la Iglesia Católica, dijo que no se siente una “elegida” pero asume la responsabilidad de ser portadora de un mensaje de esperanza y fe.
Hace ocho años Valeria Herrera, cordobesa de nacimiento, recién casada con Joseph, un muchacho nacido en Costa de Marfil, Africa, -en donde ambos habían coincidido en una misión católica-, perdió un embarazo y el diagnóstico médico fue contundente: cáncer de útero.
“Esa misma noche, mientras lloraba con desesperanza, encontré junto a mi cama una revista con la historia de Ceferino, leí que tenía 19 años cuando murió y yo en ese tiempo tenía 24, que él era indio mientras yo había trabajado entre los indígenas en el norte de mi país y en Africa, sentí una fuerte identificación y decidí pedirle que me curara”, relató Valeria a periodistas de todo el país y el mundo que se congregaron en Chimpay para presenciar la beatificación del mapuche.
Su testimonio conmovió cuando dijo: “tenía escasa posibilidad de cura según los médicos; eso era un viernes y el lunes debía presentarme en un hospital de la ciudad de Córdoba para iniciar un urgente tratamiento de radioterapia”.
“En ese fin de semana recé y le pedí a Ceferino, a quien siempre admiraba desde chica por su rostro de paz. El lunes cuando volví al hospital, y ya no había rastros de los tumores”, contó la mujer, siempre tomada de la mano de su esposo Joseph.
El caso nunca tuvo explicación para los médicos cordobeses, fue llevado a Roma a la comisión pro beatificación de Ceferino y se lo analizó durante mucho tiempo, hasta que a mediados de 2006 se produjo el dictamen final: para la Iglesia se trató de un milagro.
La curación significó, además, la posibilidad de que Valeria tuviera tres hijos, el primero de ellos apenas un año y medio después de aquel diagnóstico médico, y hoy la familia vive en Alta Gracia, Córdoba.

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