jueves, 31 de julio de 2008

No volvamos a crucificarlo…

No volvamos a crucificarlo…

“Es imposible que renueven su arrepentimiento aquellos que han sido una vez iluminados, que han saboreado el don celestial, que han tenido parte en el Espíritu Santo y que han experimentado la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero, y después de todo esto se han apartado. Es imposible, porque así vuelven a crucificar, para su propio mal, al Hijo de Dios, y lo exponen a la vergüenza pública”. Hebreos 6:4-6



¡Que pasaje tan crudo! Las interpretaciones más comunes de este difícil pasaje pueden ser:

Se refiere a los cristianos que realmente pierden el don de la salvación.
Es un argumento hipotético para advertir a los cristianos inmaduros.
Se refería a los cristianos profesos cuya apostasía probó que su fe no era genuina (1 Juan 2:19).
Todas estas interpretaciones nos tocan también con enseñanzas ideales para el momento que hoy vivimos.

Como creyentes debemos progresar hacia la madurez, pues de lo contrario podremos experimentar la disciplina del Señor. Así como Israel no pudo entrar en la tierra prometida luego de haber espiado la región y probado su fruto, tampoco los cristianos hebreos profesos que se alejaron drásticamente de la luz que una vez recibieron podrían obtener la ciudadanía celestial.

Ellos fueron una vez iluminados, saborearon el don celestial, tuvieron parte en el don del Espíritu Santo, estuvieron bajo la influencia de las bendiciones del pacto de Dios y profesaron convertirse de las tinieblas a la luz, pero sin considerar la obra de redención cayeron de la gracia rechazando a Cristo públicamente y finalmente probaron así que nunca recibieron la regeneración.

Por eso ellos volvieron a crucificar a Cristo pero para su propio castigo, porque exponiendo a la vergüenza el Nombre de Cristo sólo cosecharon juicio para ellos mismos.

Por eso, dejando a un lado las enseñanzas elementales avancemos hacia la madurez, no retrocedamos, sigue creciendo en la fe y la Palabra que has aprendido, como los cristianos de Hebreos podemos olvidarnos del primer amor y volvernos necios recogiendo la basura que ya habíamos desechado.

Yo imagino la vida cristiana como la del obrero que ha empezado a edificar una casa, si los cimientos que he empezado a poner ya están en su sitio, ahora toca seguir levantando las paredes, edificar muros, poner techo y decorar mi edificio, sería ridículo que una vez que empecé a edificar, se me de por descansar y deje un rato el cimiento para irme de vacaciones, sería peor que pasen años y años y mis cimientos sean los mismos, sin paredes, ni columnas, sólo cimiento que no termina de ser acabado.

¡Vamos adelante! dice el autor, ¡prosigue con la obra!, ¡sigue trabajando!, es decir=¡MADURA!

Ya cristo murió por ti, tu vida pasada tiene el sello de la redención, el cimiento de tu redención está listo para seguir edificando un cristiano maduro e irreprensible.

¡No vuelvas atrás!

Adelantémonos juntos para hacer la obra de Dios

Con amor

Martha V. Bardales

"No sean perezosos; más bien, imiten a quienes por su fe y paciencia heredan las promesas".
Hebreos 6:12

No hay comentarios: