EN EL TRABAJO.
EN EL TRABAJO DE CADA DIA
COMO VIVIAS Y AMABAS TU,
QUEREMOS, MADRE, SERVIR AMANDO,
VIVIENDO SIEMPRE JUNTO A JESUS. (bis)
1. En el silencio de aquella aldea,
la casa humilde de Nazareth.
Se va empapando de tu ternura,
de tu trabajo, de amor y fe.
2. Tú te afanabas como mi madre
en mil trabajos que da el hogar.
Mujer humilde de hermosas manos
encallecidas de trabajar.
3. Dios quiso honrarte como a ninguna,
con mil encantos enriquecer,
te hizo humilde, de Gracia llena,
trabajadora te quiso hacer.
EN LA NOCHE, MIRANOS
EN LA NOCHE, MIRANOS,
DANOS TU MANO, SEÑOR. (bis)
1. Libra mis ojos de la muerte
dales la luz que es su destino.
Yo como el ciego del camino,
pido un milagro para verte.
2. Haz de esta piedra de mis manos
una herramienta constructiva;
cura su fiebre posesiva
y ábrela al bien de mis hermanos.
3. Que yo comprenda, Señor mío,
al que se queja y retrocede;
que el corazón no se me quede
desentendidamente frío.
4. Guarda mi fe del enemigo,
¡tantos me dicen que estás muerto!
Tú que conoces el desierto
dame tu mano y ven conmigo.
5. Haz que mi pie vaya ligero,
da de tu pan y de tu vino
al que te sigue en el camino
por lo más duro del sendero.
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