¡HAY OTRA MANERA DE VIVIR! , ¡HAY OTRA MANERA DE VIVIR!

¡HAY OTRA MANERA DE VIVIR!

¡HAY OTRA MANERA DE VIVIR! ¡SI!
¡HAY OTRA MANERA DE VIVIR! (bis)

1. Con ritmo joven cantamos tú y yo...
Hoy es posible otra manera de vivir.
Lo importante es buscar,
es estar en camino
hacia un nuevo destino:
sin bloques, ni armas,
sin guerras, ni espadas...
¡Hay otra manera de vivir!

2. Aunque otros quieran hacernos creer
que no es posible otra manera de vivir,
nunca los seguiremos.
Cristo es el Camino,
la Verdad y la Vida:
Su Reino posible,
no es una utopía...
¡Hay otra manera de vivir!

3. Pues si Jesús ya lo vivió
hoy es posible otra manera de vivir.
Miremos a esos hombres,
profetas de estos tiempos,
que viven en sus cuerpos
la cruz de quien sufre
injusticia y violencia...
¡Hay otra manera de vivir!

4. Porque Jesús resucitó
¡calle quien niegue otra manera de vivir!
La voz de los testigos
que denuncian con sus vidas
proponen a todo el mundo
un nuevo orden
«bienaventurado»...
¡Hay otra manera de vivir!
¡HAY QUE VIVIR!

1. Habrá que hacernos a la idea, que sube la marea,
y esto no da más de si.
Habrá que darnos por vencidos, y echarnos al camino,
que no hay norte por aquí.
Al sueño americano, se le han ido las manos
y ya no tiene nada que ofrecer,
sólo esperar y ver si cede
la gran bola de nieve
que se levanta por doquier.

HAY QUE VIVIR, AMIGO MIO
ANTES QUE NADA HAY QUE VIVIR
QUE YA VA HACIENDO FRIO.
HAY QUE BURLAR ESE FUTURO
QUE EMPIEZA A HACERSE DURO EN TI.

2. Habrá que componer de nuevo, el pozo y el granero
y aprender de nuevo a andar.
Hacer del sol nuestro aliado, pintar el horno ajado
y volver a respirar.
Quitarles centinelas al parque y a la escuela,
columpios y sonrisas volarán.
Sentirse libre y diferente,
al cierzo y al relente,
mientras se va dorando el pan.

3. Habrá que demoler barreras, crear nuevas maneras
y alzar otra verdad.
Desempolvar viejas creencias que hablaron en esencia
sobre la simplicidad.
Darles a nuestros hijos el credo y el hechizo
del alba y el rescoldo en el hogar.
Y si aún nos queda algo de tiempo,
poner la cara al viento
y aventurarnos a soñar.