SEÑOR DEL ALBA.
1. En silencio he escuchado tus palabras,
Señor del alba, Señor del alba.
En silencio he soñado en tu mirada,
de madrugada, de madrugada;
y el sol, la flor y el trigal, la mies dorada,
y el sol, la barca y el mar nos esperaban,
esperaban despertar,
Señor del alba, Señor del alba.
VEN Y SIGUEME, VEN Y SIGUEME,
Y TENDRAS UN TESORO EN EL CIELO,
Y TENDRAS UN TESORO EN EL CIELO. (bis)
SEÑOR DEL ALBA, SEÑOR DEL ALBA.
2. A tu lado amanece mi esperanza,
Señor del alba, Señor del alba.
A tu lado mi trabajo es alabanza,
de madrugada, de madrugada.
Señor, Tú mi verdad, mi eterna llama.
Señor, eres Tú mi heredad, mi eterna alianza;
mi tesoro es tu amistad.
Señor del alba, Señor del alba.
SEÑOR DIOS NUESTRO.
SEÑOR DIOS NUESTRO,
¡QUE ADMIRABLE ES TU NOMBRE...
EN TODA LA TIERRA,
EN TODA LA TIERRA...!
1. Cuando contemplo el cielo,
obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado.
¿Qué es el hombre,
para que te acuerdes de él;
el ser humano, para darle poder? (bis)
2. Lo hiciste poco inferior
a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando
sobre las obras de tus manos,
todo los sometiste bajo sus pies.
3. Rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo,
los peces del mar,
todo lo sometiste bajo sus pies.
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