CANTEMOS, ROMEROS
- Cantemos, romeros,
que las puertas del cielo se abren
al grito del sol
y en las anchas marismas asoma
la Gracia de Dios.
- Cantemos, romeros,
con las manos unidas y alegre
nuestro corazón,
a la Blanca Paloma cantemos
un himno de amor.
- Si tú quisieras,
Paloma Blanca,
me anidarías
dentro del alma.
Si tú quisieras
Paloma Blanca.
- Tú eres regalo del cielo
y eres aroma y rocío,
tú eres regalo del cielo
y eres orilla del río,
en la que encuentra consuelo
el que camina «perdío».
- Si tú quisieras,
Paloma Blanca,
me anidarías
dentro del alma.
Si tú quisieras
Paloma Blanca. (bis)
CANTICO DE FILIPENSES.
- Cristo a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios,
al contrario se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.
- Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte
y una muerte de cruz.
- Por eso Dios lo levantó sobre todo,
y le dio el «Nombre-sobre-todo-nombre»,
de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
«Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre».
- Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio, ahora y siempre
por los siglos de los siglos. Amén.
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