miércoles, 20 de agosto de 2008

Los gorriones de Jesús

Los gorriones de Jesús
XXVII 1. Después de esto, Jesús tomó el barro de los hoyos que había hecho y, a la vista de todos, fabricó doce pajarillos. Era el día del sábado, y había muchos niños con él. Y, como uno de. los judíos hubiese visto lo que hacía, dijo a José: ¿No estás viendo al niño Jesús trabajar el sábado, lo que no está permitido? Ha hecho doce pajarillos con su herramienta. José reprendió a Jesús, diciéndole: ¿Por qué haces en sábado lo que no nos está permitido hacer? Pero Jesús, oyendo a José, batió sus manos y dijo a los pájaros: Volad. Y a esta orden volaron, y, mientras todos oían y miraban, él dijo a las aves: Id y volad por el mundo y por todo el universo, y vivid.
2. Y los asistentes, viendo tales prodigios, quedaron llenos de gran asombro. Unos lo admiraban y lo alababan, mas otros lo criticaban. Y algunos fueron a buscar a los príncipes de los sacerdotes y a los jefes de los fariseos, y les contaron que Jesús, hijo de José, en presencia de todo el pueblo de Israel, había hecho grandes prodigios, y revelado un gran poder. Y esto se relató en las doce tribus de Israel.
Muerte del hijo de Anás
XXVIII 1. Y otra vez un hijo de Anás, sacerdote del templo, que había venido con José, y que llevaba en la mano una vara, destruyó con ella, lleno de cólera y en presencia de todos, los pequeños estanques que Jesús había hecho, y esparció el agua que Jesús había conducido, y destruyó los surcos por donde venía.
2. Y Jesús, viendo esto, dijo a aquel muchacho que había destruido su obra: Grano execrable de iniquidad, hijo de la muerte, oficina de Satán, a buen seguro que el fruto de tu semilla quedará sin fuerza, tus raíces sin humedad, tus ramas áridas y sin sazonar. Y en seguida, en presencia de todos, el niño se desecó, y murió.

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